Los dragones cobrizos eligen como hábitat los parajes rocosos de zonas montañosas. Aunque de temperamento benigno, tienen un afán desorbitado de riquezas que, ante cualquier petición de auxilio, los impulsa siempre a preguntar de qué modo ha de beneficiarlos a ellos el trato.
Miden de la cresta a la ola una decena de metros. Además de los dientes y garras, usan contra sus víctimas ya sea un potente ácido, ya sea un vapor que hace más lentos los movimientos de éstas. Así, el afectado se revuelve o se fuga a paso de tortuga. Entre el acervo lingüístico de los Dragones de Cobre, amén de otros muchos idiomas, figura el arcano.
Información sacada de: Colección Dragonlance - Apéndices.
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